La palabra “apagón” en el ámbito forestal ha sido acuñada en Brasil, a mediados de la década pasada, temiendo que la demanda motivada por la proliferación de nuevas industrias de celulosa no pudiera ser abastecida por las plantaciones situadas en el territorio nacional (plantaciones, no masas nativas). Han tomado esa expresión como un símil procedente de un problema de (falta de) planificación energética surgido años atrás. Esta palabra me ha venido a la cabeza cuando el pasado viernes he tenido el privilegio de asistir a la última jornada del II Simposio del Chopo, celebrado en Valladolid.
Aunque la populicultura en España tiene otros problemas, el que más me llamó la atención ha sido conocer que se prevé en los próximos años (y hasta el año 2028) un déficit considerable debido a que en su momento no se han hecho las plantaciones correspondientes. Es decir, que la ausencia de plantaciones, fundamentalmente por el giro radical que ha dado la Confederación Hidrográfica del Duero a partir del año 2004, se va a sentir con intensidad en los próximos años. Cabe recordar que dicha Confederación, con una acertada política de consorcios con propietarios privados, había conseguido articular y dinamizar un mercado, convirtiéndose en la práctica en el principal proveedor de madera de chopo. Esta situación ha provocado que los precios de la madera durante esos años siguieron, para satisfacción de los propietarios, una línea alcista que creo no se ha vuelto a lograr desde entonces. Llegados a este punto, conviene resaltar que la madera de chopo alimenta a una industria dinámica, que compite perfectamente a nivel internacional y que transforma esa madera en unos productos de alto valor añadido. A pesar de estas características, esa industria no va a disponer de madera de chopo nacional suficiente para su abastecimiento y, durante unos años, se va a producir un cierto “apagón”.
En definitiva, una decisión política ha tenido un impacto notable para estas plantaciones, no sólo a partir del año 2005, sino que va a perdurar durante varios lustros. Sin embargo, y por desgracia, no son los únicos ejemplos que tenemos en España relacionados con el sector forestal y, específicamente, con las plantaciones forestales productivas. La insensibilidad de ciertas Administraciones ante las condiciones intrínsecas de las inversiones forestales (horizontes temporales dilatados, ausencia de ingresos durante muchos años, etc.) provoca situaciones de indefensión y que no garantizan una mínima seguridad jurídica durante el tiempo que dura dicha inversión. Siguiendo con el chopo, conviene también destacar que con las choperas se están produciendo otras situaciones discriminatorias, como los cánones que aplican algunas Confederaciones Hidrográficas y que hacen que la rentabilidad de la plantación se resienta en más de un 40%. La discriminación aparece cuando un cultivo agrícola situado cerca del cauce de un río no paga ningún canon, mientras que una plantación de choperas debe pagar todos los años más de 150€ por hectárea. Pero el problema aún se puede agravar más porque la Administración puede no conceder un permiso de corta, con lo cual el propietario no puede cortar su plantación cuando lo estime conveniente. Si esta situación se perpetúa en el tiempo estaríamos ante una especie de expropiación de facto…. a coste cero.
En definitiva, en relación con esta especie, nos encontramos con una crisis de oferta, sufriendo unas medidas políticas desfavorables, y con el problema propio de las choperas en cuanto a las condiciones de estación muy particulares que se necesitan para iniciar una plantación. Sin entrar en otros aspectos endógenos al medio rural, parece que esta combinación de factores puede afectar el desarrollo de uno de los pocos productos forestales que ha ofrecido tradicionalmente una rentabilidad atractiva a sus propietarios. Si a esta problemática del chopo, le unimos lo que está pasando con el eucalipto, uno empieza a preguntarse por qué algunas personas/Administraciones se empeñan en que esté mal visto que un propietario forestal obtenga un lucro legítimo a su inversión. ¿Por qué a estas personas/Administraciones no les gusta que en las plantaciones se desarrolle un servicio ecosistémico clave en las masas forestales a lo largo de toda la historia? (el aprovisionamiento de madera)