Vocaciones Forestales

Solía decirse entonces que las vocaciones poéticas interferían con las matemáticas, y uno terminaba no sólo por creerlo, sino por naufragar en ellas.

En los últimos meses me han preguntado si volvería a estudiar la misma carrera que hice en su momento (Ingeniería de Montes) y, en caso de que la respuesta fuera afirmativa, cómo intentaría convencer a alguien de cursar esa carrera. Llevo mucho tiempo observando que el perfil del alumnado es, para bien o para mal, completamente diferente del que yo me encontré en su momento. Así, escasean los alumnos que se matriculan en una carrera forestal por una verdadera vocación forestal y, por otro lado, el perfil de los alumnos es mucho más homogéneo: en la Escuela donde imparto clases vienen casi todos del mismo sitio. Aunque no hay una razón única, creo que la falta de vocación en los alumnos puede ayudar a explicar el desmesurado descenso de estudiantes en carreras forestales que se ha producido durante los últimos 20 años. Hoy la matrícula es la quinta parte que a principios de siglo. Por ello, el principal objetivo de esta entrada es aportar unas ideas muy personales que pudieran ayudar a alguien a alimentar esa vocación oculta. No trato de esgrimir razones utilitaristas o simplemente listar un compendio de asignaturas, temáticas o competencias. La idea es escarbar un poco en la idiosincrasia forestal, dejando de lado lo superficial y la frialdad de los datos más fáciles de obtener. Ahí van diez razones:

1) Para los escépticos. La superficie forestal en nuestro país supera el 55% del total del territorio. En principio, y ciñéndose sólo a España, algún trabajo, nicho de mercado u oportunidad se debe explorar en esos millones de hectáreas. Para que aquellos que gustan de este entorno, ninguna otra carrera como esta te va a aportar las herramientas para manejar ese territorio, frecuentemente en declive poblacional.  

2) Para los épicos. Un forestal se enfrenta a la eternidad: algunas de sus acciones se vuelven perennes en el tiempo y no va a ver el resultado de su toma de decisiones. Entre otras razones, por ello han tenido que inventarse palabras que todo el mundo hoy utiliza como es la de sostenibilidad. Dicho de otra forma, te vas a acostumbrar en trabajar continuamente en dos dimensiones: la temporal y la espacial, sin olvidarse de otras propias de un ingeniero, como es la económica. Esa conjunción no es fácil, e implica que tu imaginación y talento serán tan importantes como tu experiencia.

3) Para los preocupados. Si te alarma el cambio climático, en esta carrera te enseñarán la importancia de los sistemas forestales en medidas de adaptación y mitigación. Además, uno de los principales servicios ecosistémicos que producen los sistemas forestales, la madera, es uno de los actores cardinales de lo que hoy se llama la bioeconomía, y donde los forestales somos pioneros. Existe un boom relacionado con el empleo de la madera. tanto en sectores tradicionales pero olvidados en las últimas décadas, como la construcción, o en nuevos campos como es el de las fibras textiles. Si a esto le unimos la capacidad innata que poseen estos productos para reciclarse y reutilizarse pasamos al nivel de la economía circular, también presente en múltiples productos. ¿Te subes al carro? 

4) Para los inconformistas: la carrera te proporcionará herramientas para que puedas abordar retos relacionados con el despoblamiento rural, con la idea de crear una empresa relacionada con los bienes, servicios y personas relacionas con los sistemas forestales. Aquí se podrían incluir otros aspectos que te pueden interesar cómo por ejemplo integrar las preferencias de las generaciones futuras a la hora de manejar los bosques hoy en día. Por último, existe una imperiosa necesidad de que los que crean opinión en los temas relacionados con la naturaleza a nivel mundial muestren conocimientos forestales. ¿A qué esperas? 

5) Para los racionales: Una combinación de ingeniería y conocimiento del territorio, como he dicho antes, más abundante en España presenta un atractivo indudable. Además, si se adereza con herramientas propias de la carrera y otras transversales como las que tienen que ver con el ámbito económico y empresarial, la combinación suena imbatible. Como les digo a mis alumnos, es preciso no olvidarse que en el título aparece antes la palabra ingeniero que la de forestal.

6) Para los activistas: los sistemas forestales y sus atributos están incluidos con profusión en todas las clasificaciones de servicios ecosistémicos (es decir, de bienes y servicios demandados por la sociedad), y qué mejor cosa para transformar el mundo que tener un necesario conocimiento de estos. Además, de entre los 17 objetivos de desarrollo sostenible, al menos 12 de ellos presentan una relación más o menos clara con estos sistemas. Si te preocupan estas cuestiones y su evolución en el futuro, esta es tu elección.

7) Para los cosmopolitas: Los conocimientos adquiridos pueden ser un medio para un fin más ambicioso. Si tu objetivo es especializarte en algún tipo de ecosistema ajeno a los existentes en España, los conocimientos adquiridos serán una buena base, aunque la flora y la fauna sean muy distintas. Lo mismo si anhelas obtener un Doctorado fuera de España. La prueba está en que conozco exalumnos que han trabajado o están trabajando en cualquier continente.

8) Para los hipocondríacos. Aunque quizá menos de lo deseable, lo que si es cierto es que la carrera te permitirá hacer prácticas y trabajos al aire libre. Y ya se ha demostrado que pasar horas cerca de los árboles resulta bueno para la salud. En esta línea, si crees que trabajar en una oficina puede provocarte claustrofobia, cuando acabes esta carrera podrás optar a trabajos que se desarrollan en gran parte al aire libre. 

9) Para los polivalentes. Se ha hablado en los puntos anteriores de múltiples servicios ecosistémicos, del cumplimiento de diversas metas ODS, de posibles alternativas de futuro. Sin embargo, no se ha insistido en la variedad de conocimientos a adquirir en la carrera. Podemos hablar de diseñar actuaciones para forestar, reforestar o restaurar sistemas forestales, para conservarlos, para protegerlos, para mejorarlos, para pensar cómo transformamos sus productos, para velar que se intenten alcanzar las demandas de la sociedad y los objetivos de la propiedad, para otorgarles un valor monetario, etc. Si a todo esto le sumamos los conocimientos propios de un ingeniero, se puede concluir que un egresado dispondrá de unos conocimientos muy variados y útiles para diversos campos (no sólo el forestal).

10) Para los creativos. Si alguien indaga en la historia puede ver que es una carrera que lleva en España cerca de 175 años. Pero eso no significa, bajo ningún concepto, que se trate de unos estudios centrados en temas anclados sólo en el pasado. Continuamente están apareciendo nuevos campos en que hace falta profesionales creativos que intenten optimizar los bienes y servicios asociados a estos sistemas a través de nuevos productos (fibras, bioenergía), procesos (economía circular), servicios (salud, alimentos, recreo, etc.), retos (cambio climático), creación e incorporación de nuevas tecnologías, etc. Por tanto, tu imaginación y talento son muy necesarios.

Esta lista no pretende ser definitiva ni, mucho menos, exhaustiva. Espero que cualquiera de esas razones ayude a alguien a que esa vocación oculta se vuelva conspicua y piense en la posibilidad de matricularse de estos estudios. Y, si así no fuera, por lo menos la persona que lea esta entrada se llevará una visión más acertada de los forestales que la que predomina en medios de comunicación y redes sociales. 

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